Inmerso en el paisaje
libando los pigmentos,
allí la vendimia.
El vuelo raso de mis dedos
navegando las mieses,
surcando ebrios las espigas.
Las redes llenas
de luz y de hipocampos.
Aquí me tienes.
El viaje exausto
la partida infinita.
Almendro peregrino a la abeja de tus ojos.
Ahora el tiempo abarrotado,
libre ya de su mazmorra,
pletórico de insectos
volando en el estío
sacia su sed de venganza
en la nube carmín de tu sonrisa.
Me atraviesa el canto
loco y residente
de alegría placebo.
Almendro peregrino a la abeja de tus ojos.
Antiguas ruinas
vocablos del ocaso.
Cantábamos la pérdida
entonces sin saber
que éramos regalo
o sospechar siquiera
que disuelta
en tierra y sin Oriente
mutabas guía nueva.
Y yo perdido:
Almendro peregrino a la abeja de tus ojos.
Velero del almendro...que preciosos versos ojalá te leyeran mas personas para que pudieran apreciarlos, vale la pena, te felicito me encantan.
ResponderEliminarUn abrazo
Hermosos versos, llenos de paisajes y sentimientos. Saludos.
ResponderEliminarYa ves: tú con este maravilloso velero cargado de poesía y yo que ando loquita con mi joven almendro florecido.
ResponderEliminarCosas de la primavera en ciernes.
Besos grandes.
y qué bella la flor blanca de los almendros
ResponderEliminarQué poema maravilloso he encontrado aquí. Mejor, cuántos poemas maravillosos, Camino a Gaia. Una sorpresa y una celebración.
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