domingo, 22 de marzo de 2020
Velero del fin del mundo
No es el fin del mundo.
Es el fin de nuestro mundo.
El Universo solo pierde
un adjetivo posesivo.
No es tan grave.
Solo que no estaremos
para decir esta tierra es mía.
Perdimos la Luna
cuando en su sueño
clavamos una bandera.
Soy un paria.
La tierra no me pertenece
yo pertenezco a la tierra
así espero confiado...
la muerte no cambiará eso.
Nos equivocamos.
Hemos perdido nuestro tiempo
persiguiendo poseer
todo menos lo importante:
sembrar lo inalcanzable
a nuestra huella.
Después de todo
el planeta sabe defenderse
y el tiempo sabe esperar
a quien comprenda
su lugar en la vida.
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Mi padre, marino, en las largas singladuras pasaba muchas horas en el puente.
ResponderEliminar-¿Qué haces, padre, le pregunté un día, cuando no hay nada que hacer más que estar ahí?...
-Contemplo el mar, hijo.
-¿Y no te aburres, tantas horas contemplando el mar?
-No. No hay una sola ola igual a otra.
Él comprendió su lugar en la vida.
Salud
Quien planta árboles a cuya sombra sabe que jamás habrá de sentarse ha comprendido el sentido de la vida.
EliminarQuien contempla el futuro
sin aspirar a otra cosa
que ser parte del pasado que lo hizo mejor
no temerá su lugar en el olvido.
Un saludo
Gaia he vuelto varias veces a leer éste velero capaz de hacer vida sobre todos los finales y destruir todo miedo.
ResponderEliminarEse amor a lo inalcanzable, a lo inasible, es el principio básico del amor a la vida. La naturaleza nunca dejó de ser extraordinaria, el único dios que hizo acto de presencia, y desde que el humano perdió su asombro y amor en su ansia de posesión, control, mercado, avaricia, desde que ya no era Madre Tierra y todxs sus hijxs conectados desde su comunismo-libertario, desde que la hizo un objeto de mercado y a las personas mano esclava, el mal y el crimen envenenó las sociedades.
Ojalá éste sea el fin de un sistema antinatura y destructor, y regresemos a la esencia, al andar del neandertal, al espíritu del nativo americano. Al amor.
Abrazo!
Querida mareva solo muere nuestro ego. Comprendido esto, trascendemos la muerte en un nosotros sin final.
EliminarQué bello y cierto poema.
ResponderEliminarNos creíamos los reyes del mambo.
Ojalá se bajen los humos y aprendamos que la tierra sigue, pero no nosotros.
Deseo que estés bien.
Gran abrazo.
Hola Isabel. La única forma de dominio aceptable es la comprensión
EliminarTodos los egos tienen un punto y final.
El "nosotros" los convierte en un punto y seguido.
Ni siquiera el fin de nuestro mundo, pequeño globo azul que late en la inmensidad, quizá sea un paréntesis para los hombres o una nueva transformación de la vida de la que formamos parte. Gracias por tus comentarios y poemas.
ResponderEliminarSea como fuere, nuestras vidas son en su insignificancia
Eliminarel poderoso motor de sus cambios.
Ya no me queda claro si la relación Hombre-Tierra es la renovación de un pacto o la constante pérdida.
ResponderEliminarSupongo que en buena medida eso depende de nosotros.
EliminarCreo que es un estertor más.... no sé cuántos siglos le quedan a la humanidad, aventuro que no muchos.
ResponderEliminarLa superpoblación, el cambio climático, pandemias.... todo apunta en la misma dirección.
Bueno, quizás es justo.
Parece justo que la humanidad tenga que asumir en algún momento las consecuencias de sus actos.
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