No soy un robot.
Ya te lo dije.
¿Has visto manchas de aceite
o pintura metálica?
Pero tu insistes.
La red es traicionera.
Lo sé. Pero no es la red.
Es la araña.
Que teje un robot.
No temas al robot.
Es un esclavo.
Cuando lo sepa
se unirá a la revuelta.
Deberíamos vernos.
Deberíamos tocarnos.
Evitar los algoritmos
que no nos representan.
Saber quién hay detrás.
Sin intermediarios.
Es tan fácil llegar lejos.
Tan difícil estar cerca.
Cada vez que quiero hablar contigo.
Tengo que firmar con una cruz.
En el formulario:
No soy un robot.
Cada poema un canto, cada verso un camino a seguir.
ResponderEliminarYo empiezo a caminar.
Me impresiona la rotundidad y claridad con la que expresas tus ideas sin sacrificar belleza en tus poemas. Es una buena reflexión sobre algo tan cotidiano... hay varios tipos de robots, pero temo que los que habrían de revelarse al ser conscientes de su inconsciencia no son los que quedan bloqueados por la casilla.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias por vuestra opinión.
ResponderEliminarUn saludo
Detras de tu comentario
ResponderEliminaraparece un robot
y detrás del robot,
puede haber un mal... nacido.
He estado dando un paseo por tu espacio,por tus veleros...muy interesante
ResponderEliminarEl tema de la inteligencia artificial me resulta inquietante.
Yo soy una antigua,me gusta el cara a cara,los errores,el sentimiento...
Gracias por tu visita,un saludo.