Tienes un mal día.
El de arriba te golpea. Te humilla.
Te trata injustamente.
Te hierve el enfado.
Pero no haces nada.
Pones otra mejilla. Es mas fuerte.
Llegas a casa rumiando ira.
Insultas a tu mujer.
Pegas a tu hijo.
Maldices al refugiado.
Para entendernos.
Eso no es
la no-violencia.
Al final, la pagamos con quien menos debemos. Pero es bueno reconocerlo para ponerle enmienda.
ResponderEliminarUn abrazo grande, Camino.
Gracias Isabel. Cuando eso se produce a escala de países tenemos lo que tenemos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es una situación probable, pero injusta y despreciable, de este modo NO podemos tolerar que ocurra, no podemos "normalizar" esa ira de "tener un mal día"...
ResponderEliminarBesos
@Ginebra De tener una mal día se pasa a tomar una mala costumbre. El respeto, si no es mutuo no es respeto. Un abrazo.
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